El teletrabajo y la flexibilidad horaria son tendencias laborales en alza, como demuestran algunos estudios recientemente publicados. Al mismo tiempo, la nube y el cloud computing, son tecnologías que avanzan de la mano de dichas tendencias, al facilitarlas. De hecho, 9 de cada 10 españoles considera que el cloud computing avanzará impulsado por el teletrabajo, según un estudio de Regus.
Y no es extraño, ya que la combinación de teletrabajo y cloud computing puede significar un importante ahorro para las empresas, y al mismo tiempo, mejorar el grado de satisfacción de los trabajadores, al facilitar la conciliación de vida personal, familiar y laboral, como empiezan a señalar los medios de comunicación. Al mismo tiempo, una forma de trabajo flexible reduciría en un 60% el número de despachos necesarios y entre un 15 y un 30% la inversión económica de las empresas.
Asimismo, también la optimización del cloud computing podría influir muy positivamente en la reducción de procesos, y por lo tanto en costes de producción. Según un informe de Michael Page, hoy en día la optimización de costes es la primera prioridad a considerar en la estrategia corporativa según un 61,1% de las empresas, y la optimización de procesos la segunda (59,6%).
Por lo tanto, hoy, más que nunca, el cloud computing cobra un valor competitivo clave, tanto interna como externamente. Además de la movilidad que procura a los profesionales, la nube resulta versátil en otras coyunturas como la realización de reuniones virtuales, o el trabajo en común sobre documentos compartidos. Tiene todo el sentido, visto así, que el cloud computing ya sea una prioridad para los CIOs y se prevea que para 2016 el 68% de las empresas españolas cuenten con soluciones en la nube.
Las soluciones de movilidad apoyadas en la nube, así como el cloud computing permiten ya una flexibilidad y una disponibilidad que se traduce, a todas luces, en una importante reducción de costes, una mejora de la productividad y no pocas ventajas competitivas, como la mejora en la atención al cliente (en todo momento y lugar) y la resolución de problemas just in time.
A la luz de estas realidades, la adopción del cloud computing se revela ineludible y la pregunta para quienes aún no hayan dado el paso no puede ser otra que: ¿a qué estamos esperando?
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