El último en apuntarse ha sido Huawei que, junto a Orange, han presentado Car-Wifi un dispositivo con el que tendremos acceso a Internet en nuestro automóvil. Este no ha sido más que otro ejemplo de como el coche conectado es un hecho cada vez más real. Otros ejemplos: Android Auto o CarPlay para una interconexión entre vehículos y smartphones o el sistema eCall (llamada de emergencia) que será obligatorio a partir de 2018 en Europa para todos los vehículos.
Esta realidad ya la puso de manifiesto el informe de Telefónica «La Sociedad de la Información en España, 2014», y así apuntaba a que “el vehículo conectado se trata de una realidad incipiente” y es más, un 79% de los conductores cree más probable la compra de un automóvil que incluya servicios conectados. Otra de las conclusiones, se basa en la afirmación que “en 2020, el 90% del parque de vehículos dispondrá de estas capacidades”.
La industria del automóvil está apostando cada vez más por la innovación y si estamos en una era donde cada vez más las cosas están conectadas, el Internet de las Cosas que todos conocemos, este sector no se va a quedar atrás. Los usuarios están más que acostumbrados al uso del teléfono móvil, los wearables están cada vez más presentes y el futuro del automóvil pasa por ser hiperconectado, para algunos llegará a ser la 4º pantalla.
En 2018, el mercado del coche conectado -según apunta el informe elaborado por IAB -generará 39 millones de euros, cifra que en 2012 era de 13 millones de euros. En relación al número de vehículos conectados, Gartner prevé que para 2020 haya 250 millones. Gracias a esta conexión a Internet, estos vehículos podrán crear y compartir datos. Según esta consultora esta proliferación en la conectividad del vehículo tendrá implicaciones en lo que se refiere a las principales áreas funcionales como la conducción automática y la movilidad.
Por tanto, de estos datos se desprende que en los próximos años, la proporción de nuevos vehículos equipados con estas capacidades aumentará notablemente, convirtiendo a los coches conectados en el principal elemento del Internet de las Cosas. Los coches se convertirán además en la extensión de nuestro smartphone incluyendo aplicaciones de entretenimiento, navegación o seguridad (eCall es un ejemplo).
Esta nueva realidad tiene implicaciones no sólo para los conductores sino también para otros sectores como los seguros o los talleres/ servicios de asistencia. Así por ejemplo con esta tecnología, los conductores podrán saber cuándo llevar el coche al taller o si sufre una avería, el coche le notificará si necesita asistencia o no. En el caso de que sea necesario, se notificará automáticamente al servicio de asistencia. Es en este punto donde surge la pregunta, ¿están los talleres preparados para este nuevo reto? Por otro lado, las aseguradoras podrán comprobar el uso del automóvil y ajustar la póliza en función del riesgo.
Está claro que aún queda camino por recorrer pero también que los usuarios cada vez demandan el poder conectarse a Internet a través de su vehículo. El vehículo del futuro está cada vez más cerca.
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