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El rol del director de finanzas o CFO ha vivido una profunda transformación debido a la situación económica de los últimos años. Las empresas han impuesto cambios en su organización interna para obtener el máximo rendimiento financiero y optimizar beneficios. Así nace un nuevo perfil de CFO con una presencia transversal en todos los ámbitos de la compañía.
El director financiero sigue enfrentándose a una doble misión: ayudar a la compañía a alcanzar sus objetivos económicos y protegerla ante posibles riesgos. Sin embargo, la coyuntura económica ha modificado el funcionamiento de las empresas, lo que ha dado lugar a un nuevo CFO de carácter multidisciplinar.
Así nace el perfil de CFSO (Chief Financial Strategy Officer), que integra una gran capacidad para interpretar números, que ya se le presuponía, una profunda comprensión del negocio y nuevas habilidades tecnológicas.
Entre sus responsabilidades se encuentra la obtención de datos relevantes para llevar a cabo análisis profundos y rigurosos que proporcionen una visión estratégica de la empresa y su entorno. Por eso, cumple un papel fundamental a la hora de interpretar información financiera compleja que facilite una toma de decisiones inteligente.
CFO: estratega en su día a día
La situación empresarial actual se caracteriza por una extrema complejidad en la que se dan la mano diversos factores: cambios legislativos, internacionalización, desconfianza de los consumidores, debilidad de los mercados… En este contexto, el CFO necesita desarrollar nuevas habilidades que favorezcan la eficiencia y la transparencia en su trabajo diario.
Definir una estrategia de negocio apropiada exige disponer de los recursos adecuados, incluidos los tecnológicos. Por eso, una de sus principales funciones será elegir las herramientas que cubran las necesidades del área financiera. No consiste en convertir al CFO en tecnólogo sino en proporcionarle herramientas para obtener datos útiles de manera ágil.
Con la analítica predictiva, las empresas pueden transformar la función financiera a través del big data. Esto permitirá, por ejemplo, detectar y anticipar posibles riesgos para la empresa y tomar medidas antes de que sucedan o desarrollar modelos de comportamiento del mercado ante determinadas situaciones.
CFO: transparente en su comunicación
Clientes, inversores, empleados y socios exigen cada vez un manejo más transparente de la información financiera. Atrás han quedado los días en que la responsabilidad del director financiero se limitaba a dar los resultados de la compañía.
Hoy en día, también tiene que ser capaz de comunicar el valor y la integridad de la compañía. Por eso la comunicación se ha convertido en un elemento esencial en la estrategia del departamento financiero. Para hacer frente al desafío, la tecnología puede convertirse en la gran aliada del CEO.
Las herramientas de inteligencia de negocio (BI) aportan un valor añadido al proporcionar datos coherentes, actualizados y bien estructurados para informar con precisión sobre la situación de la compañía. Además, convierten estos datos en información relevante para decidir dónde invertir o la mejor manera de conseguir financiación.
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