En los últimos años ha evolucionado la postura de las empresas a la hora de plantearse la pertinencia y necesidad de adoptar herramientas para el análisis de Big Data. Si a principios de la década, no todas lo veían como algo imprescindible, hoy prácticamente todas entienden su valor.
Ello es aplicable a las funciones que ejercen, por ejemplo, los departamentos financieros. Algunos de los mayores problemas a los que se enfrenta a diario un Director Financiero (CFO) en este campo son el exceso de datos, y la forma en que se reciben, carente de orden o estructura. Esto explica también el interés de los CFO en contar con este tipo de herramientas. Ya en 2013, un estudio de KPMG indicaba que:
- Un 49% de CFOs consideraba que el análisis de Big Data ya tenía un impacto relevante en su empresa, tanto en el negocio, como en la función financiera
- Casi un 50% reivindicaban su papel en la gestión de herramientas de Big Data, en coordinación con el departamento de IT
- Más de un tercio confesaba que su organización no contaba con las capacidades y recursos necesarios para analizar correctamente los datos disponibles
Por ese motivo, lo que demandan ahora los CFOs al análisis de Big Data es, según un informe de la misma empresa:
- Reunir datos de forma coherente y estructurada
- Tomarlos de fuentes precisas, completas, trazables y transparentes
- Sintetizar la información, de forma actualizada y acorde a los intereses de la empresa
Esto requiere que la empresa se adapte a estos retos, es decir, enfoque de forma transversal sus procesos y modos de trabajar a una política estratégica de datos, lo que supone:
- Definir métricas
- Definir estrategias
- Determinar qué líderes las gestionarán
- Traducir y comprender la información
- Alinear la recogida y procesamiento de datos a la estrategia empresarial
- Monetizar
- Buscar soluciones específicas de Big Data para problemas específicos de negocio
Además, esta alineación de la empresa con la política de datos puede llevar a reestructurar la gestión de los mismos y trasladar la toma de decisiones en este campo, pasando del director de tecnología (CIO), que sigue jugando hoy un papel importante en ese sentido, al director financiero (CFO) o al CEO. ¿Y cómo influirá todo ello en el CFO? Probablemente, modificará su perfil profesional para adaptarlo a los siguientes retos.
- Fluidez con la interpretación de datos
- Experiencia con las herramientas de captación y análisis de Big Data
- Habilidades para compartir el valor y el conocimiento que aporten dichas herramientas al negocio
- Orientación a datos, tanto desde el punto de vista operativo como estratégico
- Detectar oportunidades a través de estas herramientas
- Ponerse al servicio de la estrategia de la empresa
- Crear valor para ayudar en la toma de decisiones, operativas y estratégicas
En definitiva, el CFO será, como decíamos al principio, un perfil más creador que controlador, y muy enfocado a dar valor a su organización a través de una interpretación estratégica de los datos.
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