La definición de talento de acuerdo a la Real Academia Española se basa en dos conceptos: inteligencia, vinculado a la capacidad de entender y aptitud, la capacidad para el desempeño de algo.

Aunque este concepto tiene múltiples aplicaciones en áreas tan dispares como el mundo artístico o deportivo, no debemos olvidar el ámbito de recursos humanos. Desde esta perspectiva, es un concepto que ha ido cobrando cada vez mayor protagonismo.

Muchas empresas son ya conscientes de la importancia que tiene este aunque aún no todas tienen o identifican talento con la definición correcta. De esta manera, estas no deben limitar su definición a el conocimiento de una persona en algo específico o su habilidad para aplicarlo en determinadas tareas.

Esto es un error de concepto pues el talento va mucho más allá y se trata de valorar a la persona tanto a nivel intelectual como personal: no es qué es lo que hace sino lo que puede llegar a ser o hacer.

Y llegados a este punto, donde tenemos claro qué es el talento y cómo debe de ser entendido por las empresas, el siguiente pùnto es gestionarlo. La gestión de talento es clave para el avance de las empresas tanto a nivel competitivo como de innovación. Esta gestión implica captar, retener y potenciar.

Captar, Potenciar y Retener

  • Captación de talento

En la detección de talento las empresas no deben centrarse únicamente en el exterior sino también bucear en el interior de su organización por si el perfil que están buscando forma parte ya de la plantilla.

Asimismo, para conseguir atraer este talento no solo hay que pensar en ofrecer unas buenas condiciones económicas sino tener en cuenta otros elementos como la flexibilidad laboral o la existencia de un plan de carrera que motive a los futuros empleados.

  • Potenciar el talento

El talento también se puede potenciar y para ello es esencial que a los empleados se les propongan nuevos retos de forma constante. Además ha de apostarse por un entorno caracterizado por conceptos como proactividad o autonomía. Es decir, en el caso de la autonomía es la existencia de una flexibilidad para que los empleados sientan que tienen la independencia y responsabilidad suficiente a la hora de realizar su trabajo y tomar decisiones.

  • Retener el talento

Quizás la parte más difícil y que implica tener motivados a los trabajadores de manera constante. De entre los factores que influyen en la motivación del empleado, vamos a destacar dos:el aprendizaje y el tener una cultura organizacional consistente.

En referencia al aprendizaje, es necesario facilitar a los empleados la formación en otras habilidades a través por ejemplo de proyectos de formación continuada.

Por su parte, la existencia de una cultura organizacional consistente y que los empleados tengan un conocimiento de los objetivos y y estrategia empresarial de la empresa.

Es importante no tener solo una cultura corporativa distinta al resto sino que se fomenten los valores en común y exista un alto sentido de pertenencia. Por tanto tiene que existir una coherencia entre la imagen externa que se tenga de una empresa y la interna.

 

La gestión de talento es clave para evitar la fuga o pérdida de talentos en una compañía. Un activo o bien cada vez más preciado y que se presenta como un reto para las empresas este año. Hay que motivar y cuidar al empleado si queremos que permanezca en la compañía.