Las épocas de gran afluencia en el comercio minorista, como Navidades o rebajas, concentran gran parte de las ventas, pero también de los hurtos. En España, la pérdida desconocida alcanzó los 1.800 millones de euros, según AECOC y EY, lo que supone el 0,82% de la facturación total del sector.

Ropa, complementos, calzado y joyas son los productos más codiciados; mientras que los supermercados y tiendas especializadas son los establecimientos más proclives a los hurtos. Sin embargo, el entorno digital sufre cada vez la amenaza de estos fraudes que se dejan notar especialmente en los medios de pago, donde es más complicado descubrir los hurtos y localizar a los responsables.

Para evitar los graves perjuicios provocados por la pérdida desconocida, los retailers buscan nuevas estrategias. Aquí proponemos tres soluciones que ayudarán a reducir y evitar los hurtos durante las rebajas:

Localizar los puntos débiles

El primer paso es detectar los puntos de fuga donde se produce la pérdida desconocida. Según AECOC, el hurto externo está a la cabeza (59% del total), seguido del interno (22%) y de los errores de gestión (19%). Averiguar el origen de los comportamientos delictivos y los fallos permite actuar en el foco del problema para evitar que se produzca y mejorar la prevención.

Trabajar con un inventario inteligente

Otra medida esencial pasa por controlar las existencias en todo momento. Es decir, tener una visibilidad total de la mercancía a lo largo de toda la cadena de suministro. Esto requiere una gestión inteligente del inventario que integre en una misma plataforma los diferentes sistemas informáticos (TPV, cajas de cobro, ERP, etc.). Asimismo, utiliza tecnologías de identificación, como la RFID, y despliegan estrategias de análisis y cruce de datos.

Reforzar la seguridad digital

A medida que aumentan las ventas en canales digitales, se multiplican los fraudes en las pasarelas de pago. Y en el segundo trimestre de 2017, la facturación de comercio electrónico ascendió a 7.338,1 millones de euros, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Para detectar las amenazas e iniciar medidas preventivas necesarias, es indispensable mejorar el control del entorno digital y reforzar los sistemas de seguridad informática.

Estas tres estrategias están basadas en la obtención y recogida de datos generados durante toda la cadena de suministro –desde los almacenes, al transporte y al punto de venta– y su tratamiento mediante técnicas de inteligencia artificial. Estas estrategias demuestran su efectividad a la hora de analizar transacciones, detectar patrones de comportamiento extraños y seguir el movimiento de productos y efectivo, pasos clave para terminar con la pérdida desconocida.